¿Qué pasaría si un Superman hubiese abrazado el lado oscuro y siniestro de su naturaleza en lugar de convertirse en un héroe para la humanidad? Con esta innovadora premisa que reversa el mito del Súper Hombre, David Yarovesky (The Hive) nos plantea en 'Brightburn' una compleja, oscura e interesante historia que camina con buen tino entre dos géneros: el cine de terror y el cine de super héroes.
Es interesante como el productor James Gunn, el visionario realizador detrás de 'Guardians of the Galaxy' y 'Slither', presenta en 'Brightburn' una sorprendente y subversiva versión de un género radicalmente nuevo: el horror centrado en la figura del super héroe, aplicando psicología inversa ante la crítica tentativa que esta visión polémica pudiese generar y abrazando con fuerza todas las posibles y claras similitudes entre la historia de origen de Brandon Breyer y la leyenda del hijo de Krypton.
Durante todo el film, David Yarovesky no se corta en las referencias y desde los primeros minutos deja en claro la influencia de la obra original de Jerry Siegel y Joe Shuster en la trama de 'Brightburn': Tori (Elizabeth Banks) y Kyle Breyer (David Denman) una pareja a quienes la vida les ha negado la oportunidad de tener un hijo, se encuentran en la mitad de la noche un bebé alienígena con apariencia humana al que adoptan y crían como su propio hijo: Brandon Breyer, un atisbo de esperanza y felicidad para quienes le rodean.
Con destreza, Brian Gunn & Mark Gunn -guionistas de la historia-, toman el arco narrativo del cómic 'Forever Evil' de John Reis y empiezan a retratar la serie de eventos desafortunados que empiezan a acercar a Brandon Breyer al lado oscuro de su propia naturaleza. El complejo debate de si un psicópata nace o se hace, es parte esencial de una trama que nos va mostrando como el propio entorno de Brandon se convierte en una pieza crítica que le aleja cada vez más de su sentido de humanidad. Detalles que parece ínfimos, se conviertan en balizas vitales en la construcción y evolución de un personaje que, al llegar a su despertar sexual, poco a poco comienza a experimentar en carne propia la bizarra particularidad de su origen.
Con escenas cruciales en momentos claves, la película va mostrando progresivamente como la percepción grandilocuente que posee Brandon de si mismo, es exacerbada por sus propios padres, agregando más combustión a la hoguera de sentimientos encontrados que el joven debate en su interior, siendo testigos de como el ambiente -atención especial a la analogía de las abejas que la historia presenta en sus primeros minutos-, va transformando poco a poco a ese chico inocente y tierno que sus padres visualizaban como un precioso regalo, en un verdadero psicópata megalómano que desata su furia sobre este soñoliento pueblo de Kansas.
El bajo presupuesto de la película se nota en algunas partes -contaron sólo con 7 millones de doláres para llevarla acabo-; no obstante, la pasión del director con lo que esta filmando, saca el máximo provecho de cada toma, creando un sentimiento de cercanía casi claustrofóbica que nos sumerge en cada tramo de la historia, estableciendo en el proceso de producción las bases para un universo expandido que no decepciona con su planteamiento inicial.
Al final, y sin entrar en spoilers, el conflicto narrativo estalla un poco con premura -hubiese sido interesante verles explorar con más ahínco algunos puntos claves de la evolución del personaje-, pero a pesar de ellos, sus productores logran llevar con buen puerto la historia hasta un clímax que sorprende y gusta en partes iguales. Imperdible, su escena pre-créditos, la expansión de este universo es necesaria.
Calificación final: 7/10 - Entretenimiento de calidad, recomendación de la casa
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