Por Eimy Jimenez | ejimenez@revistalevelup.com
La futura ida de Andrew Lincoln, de Lauren Cohan, la baja en ratings, los cambios de escritor, los spoilers confusos y para terminarla de hacer, la actual pérdida de un grande como Scott Wilson (Hershel Greene) dejaron con un golpe bastante duro en el corazón a todos los seguidores de la serie. Sin embargo, los días de espera finalmente acabaron y los más fieles seguidores de The Walking Dead ansiosos observaban el primer episodio de la novena temporada, uno que a pesar de los malos pronósticos que se indicaron por todas las malas noticias que giraron alrededor del universo de la misma en el transcurso de este año, logró traer vida a todas esas emociones un poco perdidas.
Al inicio fue un poco confuso para muchos
porque el episodio inicia con un tema totalmente distinto a lo que se estaba
acostumbrado. Su esencia no se perdió, pero si se modificó al punto que podría
creerse que se estaba viendo una nueva serie. The Walking Dead dio un giro
total y comenzó su novena temporada con un tiempo transcurrido en la historia
de 18 meses después del final de la octava cuando Rick (Andrew Lincoln) decidió
no matar a Negan (Jeffrey Dean Morgan) y comenzar una nueva vida gracias a las
palabras motivadoras de su hijo Carl (Chandler Riggs).
Unidas por algunos de sus miembros, las
comunidades de Alexandria, El Reino, Hilltop, Santuario y Oceanside trazaron un
nuevo plan y juntos emprendieron un viaje para recolección de suministros y
herramientas importantes en vista a un futuro mejor. Durante su travesía,
se conocieron algunos pasados interesantes como por ejemplo Jadis, o más bien Anne
(Pollyana McIntosh) quien solía ser
profesora. Sin embargo, los peligros en The Walking Dead nunca dejan de
existir, y en una situación clave de su plan, Ezekiel (Khary Payton) por poco es mordido, pero gracias al grupo su vida
fue salvada y la situación fue controlada por abrazos y besos de su nueva
amada, Carol (Melissa McBride).
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Sin
embargo, como era de esperarse, no todo es lo que parece y algo tan importante
como la paz y la tranquilidad no pueden tomarse por sentado y es justamente lo
que sucede cuando, en un ataque de walkers, Ken (AJ Achinger), un miembro de Hilltop, por salvar a uno de los
caballos, es mordido y muere. Desgraciadamente este es un peso bastante grande
y Maggie (Lauren Cohan) será la
encargada de vivir con el y de dar las malas noticias a los padres de su
pupilo. Claramente las noticias no fueron tomadas de la mejor manera y tanto
Earl (John Finn), su padre como Tammy
(Brett Butler), su madre, deciden
retirar a Maggie de las obras fúnebres de su hijo.
En
el Santuario las cosas tampoco están funcionando de la mejor manera. Además de
estar quedándose sin comida, sin cultivos y sin combustible, parece que un
pequeño grupo de los ex salvadores aún sigue vivo y con esto se refiere a que
aún están inconformes con el nuevo inicio que Rick ha dado al finalizar la
guerra y parece que aún prefieren que Negan sea quien controle el lugar. Los
miembros al darse cuenta de esto, entran en preocupación y Daryl (Norman Reedus) es el primero
en comunicar a Rick que ya no desea ser quien dirija, por lo tanto,
Carol aparece en su nombre y decide tomar las riendas del lugar. A pesar de que
eso signifique estar lejos de su Rey, quien hace algunas horas le habría
propuesto matrimonio y aún se encontraba sin recibir una respuesta de su “lady
Carol”.
En
Hilltop, las cosas no se estaban poniendo mejor. Rick decidió visitar a Maggie
y comentarle su deseo de que ella visitara Alexandria junto a Hershel (su
hijo), sin embargo, Maggie inmediatamente cortó su proposición con un: “Sabes
que no puedo". Esto viene directamente relacionado al hecho de que Negan, el
asesino de su esposo Glenn (Steven Yeun) se encuentra en Alexandria en una
cárcel, hecho con el que Maggie sigue descontenta. Además, el rechazo de Maggie
continúa, cuando Rick le solicita colaboración con su gente para construir un
puente que recientemente fue destruido y así beneficiar a la gente del
Santuario. Las pautas que Maggie actualmente está colocando están directamente
influenciadas por la reciente pérdida de Ken y lo que han perdido últimamente y
en el pasado a causa de los salvadores.
Por
otra parte, Gregory (Xander Berkeley), aún sigue enfadado por el hecho de que
en una reciente elección (propuesta por él), la ganadora para ser líder de
Hilltop fue Maggie. Por lo tanto, con sus tácticas sucias embriaga a Earl,
quien ya de por si tenía problemas con el alcohol, y lo pone en contra de
Maggie, quien al final planea todo un macabro hecho para que el ebrio Earl la
ataque y asesine. Maggie inteligentemente se defiende y al hacerlo va
inmediatamente a reclamarle a Gregory quien cobardemente la ataca con un cuchillo,
pero aquí la experiencia gana y es ella quien lo somete a su voluntad.
Al
final, como enseñanza a su pueblo de lo que pasa con los traidores, pero sin
ánimos de volver a hacerlo de nuevo, Maggie, frente a todo el pueblo de
Hilltop, de Daryl, de Jesús (Tom Payne),
Enid (Katelyn Nacon), Michonne (Danai Guira) y Rick, decide colgar a
Gregory y así terminar con la amenaza inminente que vivía desde hacía mucho
tiempo atrás. Rick y Michonne quedan totalmente sorprendidos de su decisión,
especialmente porque al momento de suceder tan sorprendente hecho, un par de
niños observaron el momento.
Una vez más, The Walking Dead muestra que a pesar de las adversidades, siempre saben cómo ingeniárselas para crear una historia que siga atrapando a sus más fieles seguidores. Es cierto que las cosas han cambiado un poco y las malas noticias han afectado aquel amor que quizás muchos solían sentir por la serie y quizás este episodio no cumplió con todas las expectativas de muchos, sin embargo, es un comienzo a una nueva historia y a pesar de lo que se sabe que le espera, por noticias recientes y demás, no hay nada qué perder con darle una segunda oportunidad.
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