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| Por Luis Rodríguez | lrodriguez@revistalevelup.com |
En el 2016, Stranger Things tomó al mundo del entretenimiento por sorprenda, con una propuesta osada con personajes, una gran mayoría bien diseñados para ganarse el favor del público. Y dado este éxito quizás sorpresivo, ¿qué tal sale parada la nueva temporada en comparación de la primera? Veamos a continuación.
Antes de comenzar, este análisis procura ser realizado sin spoilers de la trama, pero con tal de realizarse se deberán momentos muy generales de las acciones de los personajes, los simbolismos que pudiéramos haber encontrado y algunos detalles básicos de las relaciones que unos tengan con otros. Algunos personajes nuevos se han dejado de lado, porque su mera mención sí acarrearían un spoiler. Así que empecemos.
Una experiencia más grande
En lo más básico debemos mencionar que la segunda temporada de Stranger Things cuenta con un capítulo extra en comparación de la primera, lo que nos daría como una hipótesis de que posee más contenido. Una mala realización podría llenar ese espacio extra de lo que llamaríamos en otras series como relleno, pero en el caso de esta temporada, si la comparáramos con un partido de fútbol, tendríamos que decir con mucha justicia que el tiempo efectivo de juego estuvo bastante alto.
No se trata solo de una historia de Eleven y los niños, existen una gama bastante alta de otros personajes de apoyo que exceden a Joyce y Hopper, Jonathan, Steve y Nancy, que aportan más tramas y minutos. Evidentemente tras el éxito de la primer temporada, el presupuesto para realizar esta tuvo que ser considerablemente mayor lo que nos permite contar con un elenco más depurado.
Will que en la anterior temporada estuvo presente en el primer y último capítulo, cuenta en esta con muchas más tiempo de actuación. Los círculos familiares de los niños se ampliaron y no veremos nada más los de Will y Mike, sino que podremos tener muy buenos vistazos a los hogares de Lucas y Dustin, y cada momento vale oro.
El arte de las referencias
La primer temporada fue reconocida por el manejo de referencias a la obra de Stephen King, ahora, en esta nueva entrega, aunque se mantienen las de la literatura, se abarcan con mayor fuerza la música y otros aspectos de la cultura pop, vídeo juegos y hasta técnicas de esa década como lo es el lenguaje de programación BASIC.
Con especial fuerza el cine entra en la palestra de la referencias, concretamente a Ghosts Busters, Terminator, Mad Max, Halloween y el Exorcista, que servirán como línea argumental o bien elementos de dichas sagas serán mencionadas por los personajes en diferentes momentos.
Nuevos personajes
A nivel de personajes de soporte, se han añadido al menos tres nuevos roles que afectan a los personajes principales, para bien o para mal. Los primeros son los hermanastros Maxine y Billy Hargrove, interpretados respectivamente por Sadie Sink y Dacre Montgomery. Ambos son recién llegados a Hawkins y recorrerán dos caminos muy distintos en el acople en la serie.
Max interactuará muchísimo con los niños, desatando muchas emociones e interacciones entre los miembros; mientras que Billy, digamos que en un pueblo tan tranquilo como Hawkins, Steve Harrington puede ser el pez más grande, siendo una metáfora de las estrellas de rock de los 60’s e inicios de los 70’s como The Bettles, Jon Travolta, Elvis Presley y hasta Jim Morrison de alguna forma. Mientras que Billy es por cualquier angulo que lo veamos, representa a los mediados de los 80 con AC/DC, Mötley Crüe o Bon Jovi, entre otros.
La relación entre ambos jóvenes ilustrará perfectamente la transición entre una era de la música a la otra, con el mismo desenlace en primera y segunda instancia, además de permitir un desarrollo del propio personaje de Steve.
Bob Newby (Sean Austin), nos recordará por mucho al mismo Sam de The Lord of the Rings, Sean como actor le dará un carisma muy similar a Bob, llevándolo a ser un personaje solido e integró durante la respetable cantidad de capítulos en los que aparece.
Conclusiones
Netflix tiene un conjunto de series originales bastante buenas, pero Stranger Things con tan solo dos temporadas está atacando con fuerza la cúpula de esta colección. Las actuaciones de Winona Ryder, David Harbour, Finn Wolfhard y compañía son bastante destacadas, con pocas excepciones como las de Joe Chrest (Ted Wheeler).
En esta ocasión los vídeo juegos son una parte integral de la trama, tanto para la introducción de personajes como para ilustrar los medios de entretenimiento y socialización de la juventud de ese entonces como lo fueron los salones de arcades.
No contentos con eso, los hermanos Duffer apostaron por mostrar también otras facetas de la sociedad de los 80’s, saliendose de la bucólico de Hawkins para mostrar un mundo paralelo dentro del real, de aquellos excluidos por la sociedad, como lo serían la cultura punk.
Stranger Things 2 es una apuesta que tomó rumbos arriesgados, pero que a la postre ha dado sus frutos, desde el primer al último capítulo consigue capturar la atención. Al mismo tiempo deja los eventos preparados para una potencial tercera temporada, con la cual espero podamos celebrar el Halloween del 2018.
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