Directo al grano: ¿Debe importarnos la orientación sexual de un personaje? La respuesta es no. Punto. Las preferencias sexuales no son parte del debate público de personajes reales o ficticios. Entonces, ¿por qué ha despertado tanta polémica el conocer a la pareja de Tracer en el cómic navideño de Overwatch? Todo cuanto se ha avanzado en materia de diversidad sexual en la industria de los videojuegos en los últimos cinco años parece haber sido arrebatado por el viento en las últimas 24 horas.
Basta con hacer una simple búsqueda del nombre de Tracer+Overwatch para ver como la red se ha convertido en un hervidero de censura, comentarios despectivos y un nivel que homofobia que parece haber utilizado la TARDIS para llevarnos de regreso en el tiempo a los turbios años 90's, donde la orientación sexual era un tema clave de tabloides rosa. "Tracer, el personaje homosexual que indigna a Rusia" titula hoy la ABC en España, medio tradicional que a través de un títular llamativo busca el click-bait fácil, un encabezado similar al utilizado por Vanguardia en México con el llamativo "A Tracer de Overwatch le gustan las chicas".
No obstante, los medios especializados no se han quedado atrás. Atomix tituló con sorpresa "¡Whoa! Blizzard revela la orientación sexual de Tracer de Overwatch" y GameRadar se unió a la fiesta con un recopilatorio de "Las reacciones de los fans al descubrir que Tracer es gay", como una versión decente de los comentarios ofensivos y vulgos, cargados completamente de un odio desmedido, irracional e insensato, que han llenado las páginas de los foros de discusión de Overwatch en las últimas horas, llegando incluso algunos a pedir reintegraciones económicas para compensar el daño moral por enterarse que uno de los personajes más populares del juego tiene novia y se llama Emily.
Lo que nos lleva nuevamente a la pregunta que da inicio a este artículo. ¿Por qué nos importa tanto la preferencia sexual de un personaje? ¿Es acaso la preferencia sexual de un personaje la piedra angular sobre la que se construye su visión del mundo que le rodea? La concepción y anatomía de un personaje involucran una serie de valores externos e internos que van más allá de la preferencia sexual. Ya sea a través de eneagrama literario, los personajes arquetipo, o el viaje del héroe, el proceso de diseño de un personaje es algo sumamente complejo en el que se definen las líneas principales que seguirá ante "x" o "y" situación. Rasgos, voces, facciones, frases, costumbres, manías, cicatrices, un pasado que recordar, que temer, que ocultar o al que enfrentarse; conflictos que forjen su personalidad y un tiempo para poner en orden su vida o para alcanzar sus objetivos y conseguir sus ambiciones son parte de la conexión sobre la que se construye un personaje.
Y nada de esto cambia ante la preferencia sexual del mismo. Porque es su esencia la motivación detrás de cada una de sus acciones. Ya lo dijo Big Boss en Metal Gear Solid 3 al consultarle Eva si él y The Boss habían sido amantes "Fuimos más profundo que eso. Por diez años luchamos y morimos juntos. Es algo que no puedes entender". Big Boss admiraba lo que The Boss representaba y poco le importaba si había sido amante de él y de la Dra. Strangelove al mismo tiempo. Su preferencia sexual nunca fue una condicionante para mantener vivo el sueño de The Boss, piedra angular de la saga y uno de los personajes más venerados a lo largo de más de veinticinco años.
Mismo caso pasa en la saga Mass Effect, donde el/la comandante Shepard (hombre o mujer) establecen relaciones amorosas con personajes de su mismo sexo, idea que se repite en Dragon Age Inquisition y el rol del Inquisidor(a), o en la misma joya que nos regala The Last of Us donde nos encontramos la más clara muestra de la dignificación de un personaje LGBT en la creación de Bill: un tipo duro y de sangre fría, sobreviviente de un apocalipsis que se rompe al ver a su compañero muerto. Tan bien trabajada es su construcción de personaje que nadie lo nota hasta casi el cierre final de su aparición en TLOU.
Cada personaje no condiciona sus acciones ante las preferencias sexuales. ¿Por qué? Porque no le afecta ni les importa. Entonces, ¿por qué debe importarnos la orientación sexual de un personaje? Porque hoy estamos hablando de este tema en lugar de conversar sobre las otras líneas argumentales que envolvieron ese maravilloso cómic de cierre navideño en Overwatch. Porque lamentablemente estamos muy lejos de llegar a esa equidad y diversidad sexual por la que tanto hemos luchado. Y este artículo debe permanecer como un recordatorio de ello. Falta mucho camino por recorrer. Pero estamos avanzando.
Como lo dijo una vez Carlos Alvarado, director de El Gaymer y Jefe de Producción de Revista Level Up. "No queremos ser sencillamente un “comic relief” gay en un videojuego. No queremos frases cliché y solamente personalidades escandalosas, delicadas y secundarias, queremos ver personajes LGBT exitosos en los videojuegos, héroes con la misma fuerza que otros pero con preferencias diferentes, mujeres y hombres de la mano salvando el planeta". Esa es la clave de la equidad y diversidad sexual. La construcción del personaje por encima de la orientación sexual. Porque la primera es la base. Más la segunda, es personal y a nadie le importa. Sí. A nadie.
Pablo Vargas - Ingeniero industrial. Director y fundador de Revista Level Up. Autor de la novela “El Hombre de la Rosa Negra” (ULACIT, 2009), el microrrelato “Un café para celebrar” (Editorial Costa Rica 2012) y el blog "Rincón de un escritor". Actualmente se encuentra trabajando en su nueva producción "Nueve minutos para la media noche" y escribe regularmente en los blogs de la casa de 89decibeles, la revista IT Now y el periódico 'La República'.
Basta con hacer una simple búsqueda del nombre de Tracer+Overwatch para ver como la red se ha convertido en un hervidero de censura, comentarios despectivos y un nivel que homofobia que parece haber utilizado la TARDIS para llevarnos de regreso en el tiempo a los turbios años 90's, donde la orientación sexual era un tema clave de tabloides rosa. "Tracer, el personaje homosexual que indigna a Rusia" titula hoy la ABC en España, medio tradicional que a través de un títular llamativo busca el click-bait fácil, un encabezado similar al utilizado por Vanguardia en México con el llamativo "A Tracer de Overwatch le gustan las chicas".
No obstante, los medios especializados no se han quedado atrás. Atomix tituló con sorpresa "¡Whoa! Blizzard revela la orientación sexual de Tracer de Overwatch" y GameRadar se unió a la fiesta con un recopilatorio de "Las reacciones de los fans al descubrir que Tracer es gay", como una versión decente de los comentarios ofensivos y vulgos, cargados completamente de un odio desmedido, irracional e insensato, que han llenado las páginas de los foros de discusión de Overwatch en las últimas horas, llegando incluso algunos a pedir reintegraciones económicas para compensar el daño moral por enterarse que uno de los personajes más populares del juego tiene novia y se llama Emily.
Lo que nos lleva nuevamente a la pregunta que da inicio a este artículo. ¿Por qué nos importa tanto la preferencia sexual de un personaje? ¿Es acaso la preferencia sexual de un personaje la piedra angular sobre la que se construye su visión del mundo que le rodea? La concepción y anatomía de un personaje involucran una serie de valores externos e internos que van más allá de la preferencia sexual. Ya sea a través de eneagrama literario, los personajes arquetipo, o el viaje del héroe, el proceso de diseño de un personaje es algo sumamente complejo en el que se definen las líneas principales que seguirá ante "x" o "y" situación. Rasgos, voces, facciones, frases, costumbres, manías, cicatrices, un pasado que recordar, que temer, que ocultar o al que enfrentarse; conflictos que forjen su personalidad y un tiempo para poner en orden su vida o para alcanzar sus objetivos y conseguir sus ambiciones son parte de la conexión sobre la que se construye un personaje.
Y nada de esto cambia ante la preferencia sexual del mismo. Porque es su esencia la motivación detrás de cada una de sus acciones. Ya lo dijo Big Boss en Metal Gear Solid 3 al consultarle Eva si él y The Boss habían sido amantes "Fuimos más profundo que eso. Por diez años luchamos y morimos juntos. Es algo que no puedes entender". Big Boss admiraba lo que The Boss representaba y poco le importaba si había sido amante de él y de la Dra. Strangelove al mismo tiempo. Su preferencia sexual nunca fue una condicionante para mantener vivo el sueño de The Boss, piedra angular de la saga y uno de los personajes más venerados a lo largo de más de veinticinco años.
Mismo caso pasa en la saga Mass Effect, donde el/la comandante Shepard (hombre o mujer) establecen relaciones amorosas con personajes de su mismo sexo, idea que se repite en Dragon Age Inquisition y el rol del Inquisidor(a), o en la misma joya que nos regala The Last of Us donde nos encontramos la más clara muestra de la dignificación de un personaje LGBT en la creación de Bill: un tipo duro y de sangre fría, sobreviviente de un apocalipsis que se rompe al ver a su compañero muerto. Tan bien trabajada es su construcción de personaje que nadie lo nota hasta casi el cierre final de su aparición en TLOU.
Cada personaje no condiciona sus acciones ante las preferencias sexuales. ¿Por qué? Porque no le afecta ni les importa. Entonces, ¿por qué debe importarnos la orientación sexual de un personaje? Porque hoy estamos hablando de este tema en lugar de conversar sobre las otras líneas argumentales que envolvieron ese maravilloso cómic de cierre navideño en Overwatch. Porque lamentablemente estamos muy lejos de llegar a esa equidad y diversidad sexual por la que tanto hemos luchado. Y este artículo debe permanecer como un recordatorio de ello. Falta mucho camino por recorrer. Pero estamos avanzando.
Como lo dijo una vez Carlos Alvarado, director de El Gaymer y Jefe de Producción de Revista Level Up. "No queremos ser sencillamente un “comic relief” gay en un videojuego. No queremos frases cliché y solamente personalidades escandalosas, delicadas y secundarias, queremos ver personajes LGBT exitosos en los videojuegos, héroes con la misma fuerza que otros pero con preferencias diferentes, mujeres y hombres de la mano salvando el planeta". Esa es la clave de la equidad y diversidad sexual. La construcción del personaje por encima de la orientación sexual. Porque la primera es la base. Más la segunda, es personal y a nadie le importa. Sí. A nadie.
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Pablo Vargas - Ingeniero industrial. Director y fundador de Revista Level Up. Autor de la novela “El Hombre de la Rosa Negra” (ULACIT, 2009), el microrrelato “Un café para celebrar” (Editorial Costa Rica 2012) y el blog "Rincón de un escritor". Actualmente se encuentra trabajando en su nueva producción "Nueve minutos para la media noche" y escribe regularmente en los blogs de la casa de 89decibeles, la revista IT Now y el periódico 'La República'.
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